El sarao, tuvo lugar esta vez en el Magnolio;
un restaurante lleno de historia. Entras atrapado por una atmósfera pintada de
candelabros, papeles tapiz, una mesa de billar y libros con tapas de cuero, se
respiraba aire a lista cerrada de invitados mientras el momento pasaba con
barra libre y comentarios esnobistas.
Tommy Hilfiger sirvió para bloggers de moda,
editores, periodistas y fotógrafos un momento de reunión; bañado con
Cosmopolitan, Ginebra y Tónica. Se dice y
rumora que la marca cerró la noche como “El de Arriba” manda.
Entre otras cosas, asistí a la tertúlia con
abrigo Kenzo y accesorios de Cavalli. Me dejé llevar por el lente de la Revista
Don Juan y al final, me perdí psuedo-bailando salsa; al compás de la orquesta en vivo.
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